Debido a la cantidad de dudas que surgen a los recién egresados o a los que todavía no lo han hecho, hoy queremos explicaros el proceso para desarrollar una línea de investigación: un trabajo de fin de grado (TFG), trabajo de fin de máster (TFM), artículo académico, etc. (Por supuesto, una tesis doctoral es el trabajo de investigación por excelencia, pero para los doctorandos este post seguro que será demasiado simple).
Para realizar este tipo de trabajo es necesario seguir unos pasos imprescindibles para poder llevarlo a cabo: elección del tema, hipótesis de partida, objetivos, estado de la cuestión, metodología utilizada, análisis de los datos y conclusión.
- Elección del tema
Para empezar, la elección del tema. Esta es totalmente libre, pero hay que tener varias cosas en cuenta. El tema elegido debe tener interés para el receptor, ya que así la línea de investigación podrá tener éxito, es decir, debe elegirse un tema que nos interese, pero que pueda triunfar. Por ejemplo, si nos encontráramos en la universidad y la profesora de Semántica nos pidiera que desarrolláramos una línea de investigación, seguramente «El campo semántico y las familias léxicas» sería un tema apropiado, pero, en cambio, «La literatura en el siglo xv», seguramente no, mientras que para otra asignatura de literatura, sí. En definitiva, a pesar de ser algo libre, hay que saber enfocarlo correctamente para que interese a los receptores.
- Hipótesis de partida
Tras la elección del tema, hay que plantearse la hipótesis sobre la que partir. Por ejemplo, siguiendo con el tema de «El campo semántico y las familias léxicas», un punto de partida podría ser lo que consideramos nosotros que son estos conceptos y lo que pensamos que sabe la gente sobre ellos, para después poder comprobar si estábamos en lo cierto.
- Objetivos
Los objetivos normalmente responden a preguntas del tipo: ¿para qué voy a hacer este trabajo?, ¿cuál es la meta de esta línea de investigación? Es decir, no podemos desarrollar una línea de investigación porque sí, hay que tener un objetivo. Siguiendo, una vez más, con el ejemplo propuesto podría ser para precisar las diferencias entre las familias léxicas y los campos semánticos, posiblemente porque en la hipótesis de partida hemos podido pensar que las personas confunden estos conceptos.
- Estado de la cuestión
El estado de la cuestión es muy importante para llevar a cabo nuestro trabajo. Lo primero que hay que saber es si alguien ha trabajado con el tema elegido; después, si es así, debemos consultar la bibliografía, porque si el tema ya se ha tratado y expuesto como nosotros hemos elegido no tiene mucho sentido continuar con él. Es decir, el estado de la cuestión significa informarse acerca de quién ha escrito sobre el tema y qué se ha dicho de él, qué objetivos se han logrado.
- Metodología utilizada
La metodología también es importante. Debemos elegir una que encaje con el trabajo que queremos llevar a cabo. Si queremos saber qué piensan las personas sobre la diferencia de los conceptos que hemos propuesto como tema, una metodología sería, por ejemplo, el cuestionario: a través de diferentes preguntas sabríamos qué conocen las personas encuestadas sobre el tema. Este es un método básico y clásico de trabajo, pero hay muchos más: la entrevista; la observación participante (done el investigador es uno más del grupo social); la observación no participante (aquí el investigador se mantiene al margen); conversación dirigida, semidirigida, no dirigida, etc.
- Análisis de los datos
Una vez completados los cinco puntos anteriores, hay que proceder a analizar el trabajo que tenemos: ¿hemos logrado todos los objetivos?, ¿ha sido acertada la hipótesis de partida?, ¿qué resultados nos ha proporcionado la metodología utilizada? En definitiva, no solo hay que plantear los temas, los objetivos, etc., sino que hay que analizarlos para poder llegar a la conclusión que a continuación debe aparecer.
- Conclusión
Todo trabajo académico ha de llevar una conclusión, y más si es el desarrollo de una línea de investigación. Debemos concluir sobre el análisis realizado anteriormente. Es importante saber sintetizar todos los datos obtenidos para así poder llegar a una conclusión que tenga sentido. Además, y por último, se deben tener muy claros los conceptos que tratamos en el trabajo, qué hemos estudiado y qué no, para así poder concluir correctamente y sin contradicciones.
Para terminar, solo queda recomendar un cuidado de la forma extremo. La corrección ortotipográfica, gramatical y de estilo son imprescindibles para que el receptor entienda lo que queremos expresar en nuestro trabajo. Además, si hemos de presentar el trabajo a un tribunal, a un lector o a una revista, no debemos olvidar que tendrán muy en cuenta todos estos aspectos formales.